Los refuerzos de la vacuna contra la COVID-19 se aplican a escala internacional desde hace meses, debido a la disminución que se genera en las defensas proporcionadas por las dosis iniciales del biológico, razón por la que se hace necesario (de acuerdo con investigadores y entidades como la Organización Mundial de la Salud) aplicar dosis adicionales que permitan mantener altos niveles de anticuerpos contra el virus.
Al igual que con las vacunas contra otras enfermedades, el mantener anticuerpos contra los agentes infecciosos a través de refuerzos vacunales en la medida que transcurre el tiempo es necesario, señala la profesora de Inmunobiología de la Universidad de Yale, Akiko Iwasaki.
«Las vacunas COVID-19 también necesitan dosis de refuerzo por las mismas razones. Necesitamos educar, mantener y mejorar las respuestas de las células T y B para prevenir enfermedades graves. Los refuerzos brindan beneficios significativos a las personas que recibieron la serie primaria en la prevención de la hospitalización y la muerte», señala Akiko en un artículo publicado en la revista Time.
En la publicación, Akiko señaló que las personas que solo recibieron las dosis iniciales o una de refuerzo, tenían más posibilidades morir por complicaciones generadas por el virus. Por lo que enfatizó en la importancia de cumplir con los refuerzos disponibles para evitar esta situación.
«Durante el período predominante de Omicron, la dosis de refuerzo brindó protección contra la hospitalización incluso en personas previamente infectadas, ya fueran mayores (>65 años) o más jóvenes (<65 años)», subrayó la investigadora.
En El Salvador está habilitada la tercera y cuarta dosis de la vacuna para mayores de 12 años, siendo el país que puso a disposición los refuerzos para la mayor parte de su población.
De acuerdo con las autoridades de Salud, la cobertura de vacunación contra la COVID-19 ha permitido que el país mantenga cifras favorables en comparación con el resto de los países de Centroamérica respecto a muertes y casos por el virus.