El doctor David Silva tiene 39 años. Desde hace siete se graduó como médico general. Cuenta que su experiencia como galeno siempre ha sido gratificante, pero con la pandemia por la COVID-19 todo cambió para él, no solo en el aspecto profesional, sino también en el personal. «Jamás pensé que tuviéramos que pasar por una enfermedad como el coronavirus, pero lo que yo pasé también fue muy difícil» relató.
Desde el inicio de la pandemia tuvo que atender, todos los días, a pacientes con la COVID-19 en la unidad médica de Soyapango. Pero el 6 de julio del año pasado empezó a sentirse mal y a sufrir los síntomas de esa enfermedad. Relata que cuatro días después ya tenía una tos insoportable, que le cortaba el aire, lo dejaba cansado de inmediato, le provocaba vómitos y sentía la necesidad de oxígeno.
«Para esa fecha ya había perdido a varios colegas, ya que habían fallecido por la enfermedad», expresó. El 16 de julio de 2020, el doctor David fue recibido en el Hospital Nacional Rosales, en el área de griparios, pero posteriormente pasó al área de cuidados intermedios, ya que su estado de salud empeoraba.
«Cuando estaba en cama, internado y solo, sentía mucha incertidumbre. Uno en lo que piensa en ese momento es en la familia; en mi caso, pensaba mucho en mis padres», manifestó. Estuvo ingresado en el hospital durante 10 días. Debido a su mal estado de salud, le administraron plasma de convaleciente. Después de 20 días, finalmente el doctor Silva comenzó a superar la enfermedad.
Ahí inició la etapa de recuperación, que fue complicada, porque él sintió la necesidad de regresar a su trabajo para apoyar a sus colegas.
«Necesitaba continuar con la labor de atender a pacientes y salvarlos, pero recuerdo que yo vine a hacer un turno y sentía mucha fatiga, me faltaba el aire con la mascarilla y hasta caminar se me dificultaba», apuntó. Sin embargo, David asegura que, pese a su estado, continuó apoyando a sus colegas, ya que sabía que este era un momento en el que el gremio médico necesitaba estar unido y fortalecido para salvaguardar la salud de todos los salvadoreños. «Hacemos lo humanamente posible para apoyar a los pacientes, acompañarlos y que salgan victoriosos; sin embargo, todos los días vemos situaciones difíciles. Estas son situaciones que uno lleva dentro, es algo que duele, pero no nos detiene y eso nos vuelve más precavidos y fuertes», relató el doctor. Añadió que es fundamental que las personas se vacunen, continúen usando la mascarilla y acaten las medidas de bioseguridad.