No existe un salón de la fama del fútbol playa, pero debería existir. Es más, pienso que El Salvador ha hecho ya bastante mérito como para que aquí sea donde se instaure, y tiene, además, suficientes estrellas para que comiencen a poblar esa constelación que perfectamente podría tener a nuestra nación como sede.
Los méritos a los que me refiero son esos ganados por nuestros guerreros a base de esfuerzo y sacrificio, para quienes, indudablemente, el solo hecho de instituir algo así motivado por sus logros sería un merecido reconocimiento, sumado a lo que ya de por sí significa pertenecer a tan selecta clase de deportistas.
Pienso que las autoridades políticas y deportivas de nuestro país deberían comenzar a moverse en esa dirección, pues esas iniciativas solo las hacen realidad aquellos que deciden dar el primer paso, actitud que sin duda es tomada en cuenta al momento en que las instituciones rectoras aprueban que algo así se lleve a cabo.
Desde hace poco nuestro país comenzó a caracterizarse por ser el primero en tomar decisiones y emprender acciones positivas que lo han puesto en la mira a escala mundial, convirtiéndolo, para beneficio de nuestra economía y desarrollo, en el objetivo principal de turistas e inversores. Lo que sugiero en el presente artículo podría también abonar a eso, además de mejorar aún más la imagen que ya se tiene en ese popular deporte practicado sobre la arena.
Un salón de ese tipo bien podría construirse junto al edificio del Indes o a la par del estadio Costa del Sol, donde el ambiente igual sería propicio.
Imagino una instalación flanqueada por las imágenes impresas de quienes han sobresalido desde que ese deporte tuvo sus inicios, o bien placas o estrellas dentro de las cuales estén sus nombres.
Sería un gran acontecimiento y una completa fiesta cada vez que una figura del fútbol playa de talla internacional viniera al país para recibir este reconocimiento en tan prestigioso salón, así como también cuando uno de nuestros atletas pasara a formar parte de este.
Eso continuaría proyectando la imagen de nuestro país a escala internacional como lo han hecho ya las acertadas políticas de Gobierno y otras audaces iniciativas en las que hemos sido pioneros, y que tienen, desde hace algún tiempo, la mirada del mundo puesta sobre nosotros.
Es bueno hacer mención de que el fútbol 11 ya tiene su salón de la fama situado en Pachuca, México, del cual es miembro nuestro jugador insigne, Jorge «Mágico» González. No sugiero, por supuesto, que copiemos lo de ellos, porque lo que siempre debemos procurar es ser originales en lo que hacemos. Sin embargo, es importante conocer los trámites o las formalidades que deberíamos seguir para la concreción de nuestro proyecto en particular, principalmente lo relacionado a la FIFA como rectora que es de esa disciplina. Durante el proceso es probable que también sea necesario dejar establecidos los parámetros que, en todo caso, deberían seguirse a la hora de decidir quiénes podrían formar parte de ese conglomerado de astros donde estaría, obviamente, lo mejor del mundo.
Dejo la presente sugerencia en manos de quienes está la posibilidad de que pueda realizarse. Sería una buena opción para continuar en ese camino de trasformaciones que como país hemos emprendido.