La implementación del régimen de excepción les ha proporcionado valiosas herramientas a las fuerzas de seguridad para enfrentar la amenaza de las pandillas. Ha permitido no solo la captura de los integrantes de esas estructuras, sino también que sean procesados judicialmente y mantenidos en prisión, acciones que le han llevado tranquilidad a la población.
Durante 30 días, la Policía Nacional Civil, la Fuerza Armada, la Fiscalía General de la República y el Órgano Judicial han trabajado para detener a los pandilleros que estaban en las calles. Los resultados están a la vista, con más de 16,000 delincuentes fuera de las comunidades, las colonias, los barrios, los cantones y los caseríos. La Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) reconoció hace pocos días que esta efectividad de las autoridades para combatir el crimen ha traído beneficios económicos, ya que los distribuidores de mercaderías pueden movilizarse libremente por todo el territorio sin tener que pagar extorsiones a los grupos terroristas.
De la misma forma se han expresado pequeños y medianos comerciantes, además de trabajadores y todo ciudadano honrado y trabajador.
Por esta razón, la ampliación por otros 30 días de las medidas contenidas en el régimen de excepción es una buena noticia, porque estas ayudarán a las autoridades a combatir de forma total a las pandillas.
Aunque millares de pandilleros han sido detenidos, el trabajo todavía no está completo. Algunos integrantes de las organizaciones delincuenciales siguen ocultos y otros han intentado huir del territorio nacional. Guatemala y Honduras, de hecho, han reportado capturas de estos criminales y los han entregado a las autoridades salvadoreñas.
Tanto la PNC como la Fuerza Armada, la Fiscalía y los tribunales especializados han sido muy cuidadosos a la hora de implementar las nuevas medidas anticrimen, corrigiendo excesos y enviando a prisión solo a aquellos con vínculos comprobados con las pandillas, así sean integrantes plenos o colaboradores.
Solo los aliados de los pandilleros tienen temor por las medidas diseñadas para combatir el crimen de una manera frontal y sin medias tintas. Mientras ARENA y el FMLN gobernaron, las pandillas no tuvieron problemas para crecer, desarrollarse y generar influencia, al punto que llegaron a negociar prebendas con los corruptos mandatarios de turno.
Ahora buscan que sus aliados denuncien al Gobierno del presidente Nayib Bukele por atentados contra los derechos humanos, valiéndose, además, de usar cuentas falsas en las redes sociales.
El camino está claro y los ciudadanos están de acuerdo: hay que continuar luchando contra las pandillas y el crimen organizado para que haya tranquilidad en todos los hogares salvadoreños.