Dios es poderoso y su creación es perfecta, aunque a veces nos parezca que no escribe bien y que los renglones le salen torcidos. Además, de todo hay en su viña, incluso caminos poco derechos, como poco derechos son algunos que por ellos transitan. No todo es recto allí, hasta en las parcelas más cercanas a él hay surcos torcidos que parecen opuestos a lo magnífico de su obra.
Venden su santa palabra a buen precio
Recuerdo a un sacerdote cuyo primer nombre compartimos (o sea que es mi tocayo), quien al dejar su cargo como capellán del Ejército recibió una jugosa indemnización y una pensión vitalicia cuyo monto es una ofensa para los miles de salvadoreños a quienes la suya no les alcanza ni siquiera para lo más mínimo.
Si se hace una relación entre los servicios religiosos llevados a cabo y la plata recibida al momento de su retiro, más la que seguirá recibiendo por el resto de su vida, cada misa oficiada por ese sacerdote mientras estuvo en el Ejército valdrá miles de dólares, o sea que es la Palabra de Dios vendida a buen precio, versículo por versículo.
Al ver eso es imposible no preguntarse ¿dónde está el compromiso de esos «hijos de Dios» con los más pobres? Porque mientras él recibe esa cantidad de dinero, a todas luces no merecida, sus feligreses reciben una pensión de hambre heredada de componendas corruptas de gobiernos anteriores.
Hace poco vi al susodicho personaje en una audiencia papal, y no pude evitar otra vez preguntarme: ¿qué habrá sentido cuando estuvo frente al pontífice sabiendo que sus acciones como miembro de esa institución no han sido las mejores?
Sin embargo, si ese sacerdote viniese con pruebas de que no ha recibido ese dinero, o que lo ha repartido entre los más pobres, retiro lo dicho y prometo pedir un espacio en este periódico para ofrecer mis más sinceras disculpas.
Defienden a criminales
Que a quien se le ha encargado guiar a las ovejas se le tuerzan sus propios pasos no es exclusivo de una u otra religión, pues también en la iglesia evangélica vimos a un dizque pastor ponerse en contra de la justicia y la razón mientras defendía a criminales diciendo, de manera descarada, que si estos eran encarcelados dejarían un gran vacío en la sociedad. Y sí, han dejado un gran vacío, pero es el vacío que antes ocupaba el dolor, el miedo, la incertidumbre y la pena, mismo que ahora está ocupado por la fe, la confianza, la alegría y la esperanza.
Que no olvide ese pastor que no se puede defender a criminales en nombre de un falso amor al prójimo, enarbolando la bandera del perdón mientras se ignora el dolor que estos han causado. Tampoco debe olvidar que no se puede jugar a dos bandas, que no se puede estar al mismo tiempo con Dios y con el diablo, y que en su misma iglesia hay víctimas de los pandilleros a quienes también les parecen ofensivas sus aseveraciones. Todo esto debería importarle, al menos que el concepto de falso que yo tengo de él sea cierto.
Defienden a corruptos
En la alta jerarquía de la Iglesia católica del país pudimos ver hace poco a alguien que quizá no sea tanto un surco torcido en el viñedo del Señor; que tal vez su obstinada posición al atacar insistentemente las acciones del Gobierno, principalmente la lucha contra la corrupción, es por el mismo amor de familia, pues su amadísimo hermano, quien fue funcionario en los gobiernos de FMLN, ha sido objeto de señalamientos que lo han llevado incluso a salir del país. Pero este alto prelado debe entender que justicia es justicia, y que en vez de estar defendiendo a su pariente debería pedirle que venga para que sea él quien dignamente pueda argumentar su inocencia. Me refiero a esta persona como un alto prelado porque, al parecer, aunque haya renunciado, aún conserva su título, solo que no puede participar en la toma de decisiones ni en la elección de un nuevo papa.