Cuando Marcelo Arévalo y su pareja de dobles iniciaron el tercer set en las finales del Roland Garros, me dije, por lo que estaba viendo en el partido, que hasta aquí llegaba el Chelo.
Durante casi todo el partido la pareja contraria daba la impresión de que se llevaría el título.
Pero en cada uno de los sets disputados había siempre una jugada que hacía la diferencia en la parte anímica: Chelo literalmente se revolcaba en la arcilla, y esa acción establecía la diferencia entre los otros jugadores, incluyendo a su pareja.
Y así llegaron al tercer set.
Todavía tengo en la retina una de esas proezas de Chelo: no sé de dónde sacó fuerzas para correr hacia la pared y sacar una bolea prácticamente desde el suelo, que sus contrarios quedaron atónitos.
No fue precisamente con esa jugada que ganaron la final, pero después, cuando tuve la oportunidad de preguntarle sobre esa jugada, Chelo me confesó que esa estirada tuvo un impacto psicológico en todos los de la cancha, incluyendo a su compañero, y supo en ese instante que podían ganar la final.
Y así fue.
Por primera vez en la historia del tenis centroamericano un salvadoreño lograba lo impensable: ganar un Grand Slam en dobles en las canchas de arcilla del mítico Roland Garros.
Para los que desconocen de los torneos de tenis, es casi comparable como si el FAS ganara la Copa Libertadores contra el Boca Jr. en La Bombonera.
Esta y otras cualidades hacen que el Roland Garros sea considerado como el torneo más complicado debido a la exigencia física y mental para los jugadores.
Es el principal torneo celebrado sobre tierra de arcilla en el mundo. Hasta el día de hoy, ningún centroamericano lo había ganado.
Vivimos un momento especial.
Una Alfa en el Everest
No sé en cuántas charlas motivacionales se hace la analogía que cuando logramos lo inimaginable, por el esfuerzo físico y mental que se requiere, es como llegar a la cima del Everest.
Pues bien, el pasado 11 de mayo, Alfa Karina, una chelita guanaca, lograba la proeza de llegar al punto más alto del Everest.
Creo que todos, al unísono, tuvimos un gesto de admiración, de orgullo, porque de una u otra forma tenemos un Everest que escalar.
«Hay senderos a los que nuestros propios miedos vuelven intransitables. La inseguridad y la angustia pueden llenar de abismos hasta los actos más sencillos. Cada uno tiene su propio Everest».
«Los padecientes» (2010), de Gabriel Rolón.
«Por encima de los 8,000 metros, la línea que separa el entusiasmo de la temeridad es fatalmente delgada. De ahí que las laderas del Everest estén pobladas de cadáveres».
«Mal de altura: crónica de una tragedia en el Everest» (1997), de Jon Krakauer.
Creo, sin lugar a duda, que todo El Salvador celebró como nosotros esa cumbre.
Todos nos vimos representados en esa mujer que venció a sus propios gigantes luego de superar un divorcio y que encontró en las montañas su mejor refugio y las fuerzas para rehacer su vida.
Todos nos vimos representados en esa mujer que desafió y superó a la cascada de Khumbu, el Valle del Silencio, la Zona de la Muerte y el Paso Hillary.
Desafió y venció los -40 grados Celsius en la cumbre.
Puso al límite la capacidad de su cuerpo desafiando y venciendo el pavor de ver a los cientos de cadáveres que hay a lo largo del recorrido como prueba fehaciente de que el Everest no es para cualquiera.
Subió a lo más alto y luego descendió, que es, prácticamente, más peligroso que el ascenso, ya que la ruta se vuelve muy complicada y el cuerpo ya está cansado, débil y sin las energías que se utilizan para la subida».
Gracias, Alfa Karina (27-05-22), de Yamil Bukele, «Diario El Salvador».
El monte Everest está a 29,035 pies de altura, su temperatura es de 30 grados bajo cero.
Para llegar al punto más alto se requiere de casi 40 días.
Casi 300 han fallecido en el intento de escalarlo.
Karina lo hizo en 43 días.
Vivimos un momento especial.
La WSL en El Salvador
Hay 12 playas a escala mundial que son sedes del circuito más importante del surf profesional, ahí están las playas de Hawái, Australia, Indonesia, Brasil, Portugal, entre otras; y por primera vez, Punta Roca, en El Salvador, fue seleccionada para formar parte de este circuito.
Ningún otro país en Centroamérica ha tenido ese privilegio.
Vinieron los mejores hombres y las mejores mujeres surfistas del mundo.
No fue por chiripa, ya para nadie es un secreto en el mundo del surf que Punta Roca tiene de las mejores olas derechas en el planeta.
A esto obviamente se le agrega el clima de seguridad que vive el país y todo el esfuerzo que el Ministerio de Turismo le ha venido apostando desde el primer día de este Gobierno.
He tenido la dicha de cubrir los diferentes torneos que se han llevado a cabo en nuestras playas, pero tener la WSL en nuestro país es el equivalente a ser sede de un mundial de fútbol.
Vinieron los Messi y los Cristiano Ronaldo de las tablas.
A pesar de que la semana del torneo tuvimos un clima nada favorable y el nerviosismo se apoderaba de los organizadores, finalmente dos días antes de que se terminara el calendario asignado al país, Punta Roca sacó a relucir sus olas y demostró por qué es el punto perfecto para surfear.
El vicepresidente de la WSL, Graham Stapelberg, le manifestó a la ministra de Turismo, Morena Valdez, que solo dos horas le bastaron a Punta Roca para confirmar mundialmente lo acertado que fue escoger ese pedacito de mar que tenemos.
Vivimos un momento especial.