En lo que parece ser una medida motivada por la desesperación, ARENA anunció ayer que iba a solicitar la nulidad de las elecciones celebradas este domingo, una jornada histórica en la que el presidente Nayib Bukele obtuvo más del 85 % de los votos y que perfila a Nuevas Ideas con una «supermayoría», como lo describió Isabel de Saint Malo, jefa de la misión de observadores electorales de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Estados Unidos, la Unión Europea, la República Popular China, Costa Rica, Israel, el Reino Unido, Honduras y un largo etcétera de Gobiernos han felicitado al presidente Bukele por su contundente victoria en las urnas.
Los observadores internacionales han destacado la tranquilidad con la que transcurrió la jornada, la masiva afluencia de votantes —tanto dentro como fuera del territorio— y la transparencia del proceso. El único pelo en la sopa fue el fallo de parte del equipo informático del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para transmitir las actas que sirven para el escrutinio preliminar. Ello, sin embargo, no le quita validez a todo el proceso, pues este paso solo sirve para hacerse una idea de la dimensión de la votación. Además, cada partido político contendiente tiene copias de esas actas, por lo que sabe cuál fue su apoyo.
ARENA, sin embargo, ha sacado a relucir su desprecio por los salvadoreños en el exterior al objetar la decisión del TSE de permitir votar a aquellos salvadoreños que fueron a emitir el sufragio el domingo, pero no pudieron hacerlo porque la empresa contratada decidió cerrar las puertas, a pesar de que violaba sus derechos.
El partido del asesino de San Óscar Romero quiere anular las elecciones, cuando lo que el pueblo ha hecho es anular a esa organización al negarle los votos para que continuara saqueando al Estado.
ARENA quedó relegada a un lejanísimo tercer lugar, con una votación tan escasa que hasta los memes del candidato del FMLN fueron más conocidos que su aspirante presidencial.
Nuevamente, el pueblo salvadoreño habló fuerte y claro: decidió continuar el camino emprendido con Nayib Bukele y le dio el respaldo necesario en la Asamblea Legislativa para implementar su plan de gobierno.
Y a ARENA y al FMLN, que en las elecciones de hace tres años fueron condenados a la irrelevancia legislativa, ahora el pueblo los anula políticamente. Esa es la verdadera nulidad: la de la decadente y corrupta clase política.