En El Salvador se llevarán a cabo las elecciones en 2024 para elegir presidente, vicepresidente, alcaldes, diputados de la Asamblea Legislativa y del Parlamento Centroamericano. En esta contienda participan 13 partidos políticos con diferentes ideologías, que van desde la derecha hasta la izquierda; la campaña electoral se desarrolla en un contexto democrático y de paz.
Los dirigentes de los partidos políticos de oposición tratan de invisibilizar, banalizar, menospreciar o despreciar los logros y los éxitos alcanzados por el actual Gobierno del partido Nuevas Ideas. Algunos dirigentes de la oposición se refieren como una «democracia perfecta» a los gobiernos de los partidos de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
La gran propuesta y la apuesta de los partidos políticos tradicionales es volver al pasado, desmontar el Plan Control Territorial, eliminar el estado de excepción, obviamente, se da por sentado que también detendrán la guerra contra la corrupción. Si este es su planteamiento, entonces significa que sus votantes son delincuentes, terroristas, narcotraficantes y poderes fácticos, porque los ciudadanos salvadoreños trabajadores y honrados no emitirán el sufragio para que se regrese a la era de la impunidad, la corrupción, la extorsión, las violaciones, los asesinatos, las caravanas de migrantes hacia Estados Unidos, etcétera.
Asimismo, los partidos de oposición son la punta de lanza de los poderes mundiales del globalismo; por tal razón, son enemigos del Gobierno salvadoreño, porque no es obediente a fuerzas políticas y económicas globales que propugnan gobernar a los países del concierto internacional; el requisito indispensable es que los gobiernos sean sumisos y sirvientes del poder mundial.
El hecho de que El Salvador, por primera vez en su historia, tenga soberanía y autodeterminación se convierte en el gran obstáculo, porque se interpreta que este país centroamericano tiene un gobierno democrático, honesto y leal a la ciudadanía salvadoreña.
Los partidos de oposición quisieran obtener diputados y alcaldes porque es a lo más que aspiran, porque la presidencia es inalcanzable para ellos, para continuar defendiendo a la delincuencia, la corrupción y el terrorismo, bajo una cobertura o camuflaje de un discurso o retórica de defensa de los derechos humanos y de la democracia.
Por supuesto, continuar oponiéndose desde el recinto legislativo a todas las iniciativas que beneficien a la ciudadanía. La oposición política es gerontocrática y tiene como objetivo principal regresar al pasado; de igual forma, tiene el común denominador de que los candidatos a la presidencia de la república de El Salvador son de la tercera edad, con el agravante de que son desconocidos por la población salvadoreña. En cambio, el partido Nuevas Ideas lleva de candidato a Nayib Bukele, un joven milenial que tiene la visión de futuro del país, que además de ser conocido por la ciudadanía, lo respalda y lo aprueba por el excelente gobierno.
La popularidad y la aprobación de Nayib Bukele trascienden las fronteras del país más pequeño de Latinoamérica, que según encuestas de opinión internacionales lo ubican como el mejor presidente del mundo.