El descaro y la desvergüenza de algunos voceros de la oposición no conoce límites y demuestra su completo compromiso con las pandillas y su falta de humanidad. Uno de los miembros del «staff» de «El Faro» dijo públicamente, en redes sociales y en declaraciones a un medio internacional, que prefería el control que las pandillas ejercían sobre las comunidades que el que ahora el Gobierno del presidente Nayib Bukele ha logrado recuperar al detener a más de 59,000 pandilleros y colaboradores de las estructuras criminales.
El periodista Juan Martínez d’Aubuisson (sobrino del fundador de los Escuadrones de la Muerte y de ARENA, Roberto d’Aubuisson) califica de «mafia de Estado» a que el Gobierno haya golpeado, de manera contundente y como nunca en la historia, a las pandillas MS-13 y Barrio 18. Para él, «esta nueva forma de poder tiene implicaciones mucho menos agresivas y menos visibles en el día a día de la población, y consecuencias más serias para la sociedad y el Estado a largo plazo».
En otras palabras, lo que este aliado de las pandillas dice es que prefiere los días en los que se reportaban decenas de asesinatos, de las históricas cifras de homicidios, además de las extorsiones impuestas a transportistas, comerciantes y ciudadanos y de las violaciones a jóvenes de las comunidades.
Martínez d’Aubuisson pasó un año con las pandillas en los tiempos más violentos y fue testigo de múltiples delitos y del comportamiento de estos criminales. Para él, las pandillas tienen un espacio en la sociedad, como si se tratara de grupos legítimos con fines altruistas, por lo que le preocupa que el Gobierno las persiga y encarcele.
Desde cualquier punto de vista, se trata de ideas retorcidas que no toman en cuenta el dolor infligido por las pandillas a cientos de miles de salvadoreños, al terror impuesto en comunidades y los millones de dólares arrebatados a ciudadanos trabajadores a cambio de no darles una muerte violenta y brutal.
El pueblo no tiene ninguna intención de volver atrás. Por eso, el Plan Control Territorial y el régimen de excepción gozan de amplio respaldo entre los ciudadanos, porque, por primera vez en la historia, un Gobierno ha actuado como se espera que lo haga contra los criminales: persiguiéndolos, procesándolos y enviándolos a prisión, en lugar de negociar y pactar con ellos, como hicieron ARENA y el FMLN. O como sugieren sus aliados, como este periodista de «El Faro».