Difícil para nosotros, a cierta edad, actualizarnos, aceptar nuevas realidades y no seguir anacrónicos, obsoletos, aferrados al pasado, cuando eran otras realidades, circunstancias y propuestas idealistas las que funcionaban para imponer entonces, o estaban acordes con la evolución de aquellas políticas.
Muchos se quedan adosados a esas murallas del tiempo, sin recordar que justamente los procesos políticos, y sobre todo los llamados «revolucionarios», tienen el mandato de adaptarse a los tiempos. «Re», de renovarse. Si escribes, escribir nuevos planteamientos; si oras, crees en todas esas fantasías religiosas donde lo importante es el diezmo, el billete; o lees a los científicos y empiezas a convertirte en inteligente y desecha los preceptos religiosos y políticos del pasado, y «re volucionarte»; lee a los filósofos de los nuevos tiempos, si es que no puedes regenerar en tu mente nuevas concepciones que están ensayándose, produciendo nuevos frutos, aun con errores, pero ese pasado anacrónico, basado en las concepciones del siglo XVIII y XIX… Tienes que plantearte que son posibles de superar si estudias, si abres los ojos a las nuevas ideas del mundo en que vivimos hoy y que justamente hoy tienen una tendencia a desarrollarse y a hacer cambios estructurales a mayor velocidad.
Hoy van a la conquista del espacio sideral esas ideas cambiantes, que tienen como compromiso detener los procesos de descomposición de nuestro planeta, planteándose otras luchas sociales contra la contaminación, asumiendo el manejo del cambio climático, la eliminación de la criminalidad indiscriminada en todo el mundo.
Son otros propósitos que le impone el tiempo a nuestra humanidad para hacerla prosperar en todos los sentidos, hacer que sus valores trastoquen en esperanzas reales de transformación, para que el amor y la paz sean con nosotros una virtud real, posible de disfrutar en nuestros corazones.
También ha permitido que El Salvador se convierta en referente a escala mundial al ser líder en la implementación del Pacto Mundial de la Migración, por medio de políticas integrales y concretas en este ámbito, comentó. Los funcionarios continúan proponiendo el proyecto en EE. UU. en 1800 y con criterios cuestionables a los preceptos que nos «amarran» al conocimiento que se hace retrógrado e impide el desarrollo del pensamiento filosófico? Este no es más que el amor por la sabiduría, no tener miedo al conocimiento. Ahí están Wilhelm Murnan, o el mismo Wilhelm Nietzche con su obra «El superhombre y la muerte de Dios», (https://www.youtube.com/ watch?v=8ng7RslG04g), o la belga Chantal Mouffe con el posmarxismo; Adorno, Sartre, todos filósofos que nos plantean la posibilidad de un convivir y, sobre todo, un necesario aprehender los más modernos planteamientos del ser en función de una nueva sociedad y así enfrentar los nuevos retos existenciales, otras formas de aportar a la sociedad nuevas posibilidades de subsistencia, basadas en esas nuevas realidades en que vivimos.
Eso es ser un revolucionario permanente, no clavado en el ostracismo que imponen algunos partidos políticos en sus dogmas, principios indeformables que se agotan al paso del tiempo, pero que sus líderes, o creadores de esos negocios para llegar al poder y atesorar dinero en sus bolsas y dominación absoluta de los pueblos para reprimirlos y mantenerlos en el oscurantismo, solo hacen que nuestros pueblos se mantengan aferrados a esas ideas periclitadas.
Hoy, el pueblo salvadoreño dio ese gran golpe de timón hacia nuevas ideas que le propusieron un cambio definitivo y trascendental para el país, y esa propuesta no vino de un partido político de esos tradicionales que se mantuvieron en un falso bipartidismo, con las mismas falsas expectativas de resolver los problemas graves del país, haciendo demagogia y hasta complacencias inauditas con los sectores criminales que tenían azotados al pueblo. Ambos solo defendían sus propios intereses de enriquecimiento por medio de la corrupción.
Hoy, la población salvadoreña ve y constata cada día que se están produciendo esos cambios necesarios para mejorar el nivel de vida y enrumbar al país por un camino de progreso y bienestar con seguridad ciudadana, con el manejo institucional de los fondos en beneficio del progreso del Estado. ¿Con dificultades?, ¿con mucho que resolver? Sí, pero realizando obras de infraestructura y potenciando los servicios públicos, subsidiando ese bienestar en lo posible. Porque no podemos olvidar que nunca ningún gobierno se preocupó por el desarrollo industrial o agrícola que nos permitiera cubrir nuestras necesidades básicas, y dependemos de préstamos, de remesas, de la acción y beneficio foráneos, lo cual limita el ejercicio de poder cumplir pronto con todas las metas que se han impuesto.
Por lo tanto, ha surgido en el pueblo el interés de que este Gobierno siga adelante, que cumpla otro ciclo de trabajo, para que continúen los proyectos pendientes.