San Miguel, la Perla de Oriente, la tierra donde se desarrolla uno de los mejores carnavales de América, desde 2023 se está convirtiendo en el referente de conciertos exitosos y completamente seguros, que han dinamizado la economía local, así como la diversión para esta zona del país. Esto ha permitido que las empresas encargadas de organizar dichos espectáculos vean a la zona oriental como un público meta para grandes presentaciones musicales. Los habitantes de ese sector del país ya pueden disfrutar de shows que antes solo los podían disfrutar viajando a San Salvador.
El 29 de abril del año pasado la ciudad migueleña se convirtió en la capital grupera con la presentación de los mexicanos Bronco. Como migueleños fue nuestra primera experiencia como anfitriones. Fue un total éxito y eso permitió que el pasado viernes 8 de marzo volviéramos a ser la ciudad donde el grupo Los Temerarios hizo su presentación, luego de 13 años de no cantar sus éxitos en El Salvador.
Los detalles en los conciertos se van mejorando en San Miguel porque, aunque en el concierto de Bronco fue buena la organización, con Los Temerarios hubo menos peros que colocarle al desarrollo antes, durante y después del evento.
Fanáticos migueleños y de distintas partes del país, así como del extranjero, abarrotaron el estadio Juan Francisco Barraza, donde la seguridad fue clave para el éxito total del concierto de la agrupación liderada por los hermanos Ángel. Elementos de la Fuerza Armada y agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) se desplegaron desde tempranas horas en todas las calles aledañas al recinto, permitiendo que los fans pudiéramos caminar libremente y sin miedo; además, apoyaron en el ingreso a las distintas localidades, haciéndolo de manera ágil y ordenada.
Quienes hemos crecido en la Perla de Oriente sabemos que la aglomeración en una presentación musical era sinónimo de ser víctimas de hurtos, las mujeres de ser tocadas y acosadas, pero hoy, con el ambiente de seguridad que se vive en el país, nada de eso ocurrió; al contrario, sin importar la localidad a la que se asistió se vivió el espectáculo sin miedo, donde la música y el baile fueron los protagonistas.
Lo que se vivió el 8 de marzo en San Miguel va más allá de un espectáculo artístico. Muchas familias que viven en las calles aledañas al estadio Barraza aprovecharon el evento y vendieron diferentes tipos de comidas y bebidas, logrando además en las familias migueleñas un ingreso económico extra.
Para mí, un concierto es lo que para otros es ver la final de un partido de fútbol; es decir, se va o se va, y por eso he asistido a conciertos en el exterior, así como en la capital salvadoreña, y puedo decir que en San Miguel no hay nada que envidiar a las organizaciones de conciertos en los mencionados lugares.
La seguridad es la clave, puedo ir sola o acompañada, pero con la firme convicción de que antes, durante y después estaré en un lugar seguro, no seré víctima de las pandillas y regresaré a casa sin haber vivido ningún riesgo.
Históricamente hemos sido la ciudad que desarrolla la fiesta más grande del país y con más asistentes. Prueba de ello fue la afluencia de personas que tuvo el carnaval del año pasado, en noviembre, pues en todos los lugares donde se presentaban diferentes agrupaciones musicales estaba repleto de personas. Muchos consideran que fue el carnaval al que más personas asistieron de los últimos años debido a la confianza en andar libremente en estas actividades. Algunos residentes en el extranjero reconocieron que tenían años de no asistir al carnaval, y por el clima de seguridad se animaron a volver a vivir esa experiencia.
Y es que bien lo dice el «Xuc» de Paquito Palaviccini: «Para reír y para gozar no hay mejor lugar que San Miguel». La Perla de Oriente está lista para grandes eventos, los migueleños estamos listos para más conciertos.