Hasta ayer por la tarde, el escrutinio final reveló que el presidente Nayib Bukele ha recibido más de 2.5 millones de votos durante las elecciones del pasado 4 de febrero, lo que supera la marca anterior de votación, ¡que era de él mismo en 2019!
La inmensa aprobación popular hacia el presidente Bukele se reflejó en la votación, que ha tumbado todos los registros de los comicios previos. Esa cantidad de sufragios hacia el mandatario es un reflejo de la satisfacción del pueblo salvadoreño hacia las políticas y los programas de Gobierno.
Además, se convierte en un impresionante respaldo a su segundo mandato. El presidente Bukele llegará el 1.º de junio con una autoridad incuestionable. Los observadores electorales, tanto nacionales como internacionales, dieron fe de que el 4F transcurrió sin sobresaltos, sin denuncias de irregularidades y en la más completa libertad. Los ciudadanos acudieron sin coacción para votar por el presidente, dándole un mandato imperativo para continuar con la transformación de El Salvador.
Del otro lado, la vieja clase política ha visto en este escrutinio final la cara de la decepción del pueblo salvadoreño. Los votos cosechados con más del 70 % de las actas escrutadas no llegaban a los 200,000, lo que dio una «dura batalla» para definir el segundo lugar de una votación en la que los ciudadanos se decantaron por el presidente Bukele de manera masiva.
Este abrumador respaldo para el presidente Bukele ha sido reconocido de manera inmediata por las grandes democracias, que lo felicitaron por su victoria, y también reconocieron que tal nivel de aprobación es una prueba palpable de que sus planes de gobierno han sido efectivos.
El programa bandera del mandatario es el Plan Control Territorial, el cual ha conseguido convertir a El Salvador en el país más seguro no solo de Latinoamérica, sino del hemisferio occidental. Gracias a este éxito en seguridad pública el mundo ha dirigido sus miradas hacia el país, deseoso de replicar la experiencia, por un lado, y de promover el turismo hacia los maravillosos destinos que ofrece la nación, muchos más atractivos ahora que se desarticuló a las pandillas.
Sin lugar a duda, El Salvador vive una transformación. Millones de salvadoreños votaron para que el presidente Bukele continúe gobernando y llevando el país por la senda del desarrollo. Con la seguridad confirmada, el despegue económico se convierte en el siguiente objetivo, uno para el cual ya tiene camino recorrido. El presidente Bukele lo dijo en su discurso después de confirmar la victoria el 4F: «Ustedes han visto, gracias a Dios y gracias a este pueblo noble y unido, cómo El Salvador pasó de ser el país más inseguro a ser el más seguro. Ahora, en estos próximos cinco años, esperen a ver lo que vamos a hacer».